El Tiyanak (también Tianak o Tianac) es una vampírica criatura en la mitología filipina que imita la forma de un niño. Por lo general, toma la forma de un indefenso bebé de apenas unos días de nacido y llora también como uno para atraer a las personas. Una vez que alguien acude en su auxilio, se convierte en víctima, porque el Tiyanak recobra su verdadera forma y ataca.
Además de disfrutar mordisqueando a los perjudicados, este ser también se dedica a perder a las personas en los bosques y secuestrar niños. Tal vez esto último lo hace con la intensión de no estar solo, pues se afirma que esta criatura es en realidad el espíritu de un niño cuya madre murió antes de dar a luz, lo cual provocó que fuera “nacido en la tierra”, ganando así su estado actual.
El Tiyanak, tiene una enorme capacidad para imitar a un bebé, y sus gritos. Puede incluso adoptar la forma de un niño en particular que haya visto con anterioridad. Pero su forma real es la de un anciano con la piel arrugada, de larga barba y bigote, de nariz chata y ojos del tamaño de monedas. Tiene que hacerse pasar por un bebe para atraer a sus víctimas, pues en su forma natural es demasiado lento, porque su pierna derecha es mucho más corta que la otra. Esta deformidad le obliga a ir saltando en lugar de caminar, lo cual complica su trabajo, pero convertirse en bebé, le ayuda a sortear tal desventaja, porque además de lucir indefenso, le da la capacidad de flotar o volar por los aires, para convertirse después en un pájaro negro.
Esta criatura posiblemente esté relacionada con otro ser sobrenatural del folclore Malayo, la Pontianak, que fue una mujer que murió antes de dar a luz.
Tras la colonización española de Filipinas en el siglo 16, el mito Tiyanak se integró al cristianismo. Afirmando entonces que el los Tiyanak eran las almas de los niños que murieron antes de ser bautizados o fetos abortados que regresaron de la muerte a vengarse de quienes los privaron de la vida.
Además de disfrutar mordisqueando a los perjudicados, este ser también se dedica a perder a las personas en los bosques y secuestrar niños. Tal vez esto último lo hace con la intensión de no estar solo, pues se afirma que esta criatura es en realidad el espíritu de un niño cuya madre murió antes de dar a luz, lo cual provocó que fuera “nacido en la tierra”, ganando así su estado actual.
El Tiyanak, tiene una enorme capacidad para imitar a un bebé, y sus gritos. Puede incluso adoptar la forma de un niño en particular que haya visto con anterioridad. Pero su forma real es la de un anciano con la piel arrugada, de larga barba y bigote, de nariz chata y ojos del tamaño de monedas. Tiene que hacerse pasar por un bebe para atraer a sus víctimas, pues en su forma natural es demasiado lento, porque su pierna derecha es mucho más corta que la otra. Esta deformidad le obliga a ir saltando en lugar de caminar, lo cual complica su trabajo, pero convertirse en bebé, le ayuda a sortear tal desventaja, porque además de lucir indefenso, le da la capacidad de flotar o volar por los aires, para convertirse después en un pájaro negro.
Esta criatura posiblemente esté relacionada con otro ser sobrenatural del folclore Malayo, la Pontianak, que fue una mujer que murió antes de dar a luz.
Tras la colonización española de Filipinas en el siglo 16, el mito Tiyanak se integró al cristianismo. Afirmando entonces que el los Tiyanak eran las almas de los niños que murieron antes de ser bautizados o fetos abortados que regresaron de la muerte a vengarse de quienes los privaron de la vida.
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