Hellingly Mental Asylum es un gran complejo hospitalario abandonado con
más de un siglo de antigüedad, el cual hoy en día se encuentra en ruinas,
decrepito, olvidado, a pesar de que hace tan solo 20 años cerró sus puertas.
Cuentan aquellos que lo han visitado que se pueden oír extraños sonidos
en su interior; esto aunado a su tétrico aspecto, oscuro y aislado, lo hace un
lugar sumamente atractivo para los amantes de fantasmas e historias de terror.
Lo que queda del edificio se encuentra en el condado de East Sussex,
cerca al pueblo de Hellingly, en el sur de Inglaterra. Fue construido en 1898,
basándose en el diseño del arquitecto George Thomas Hine, miembro de la Lunacy
Commission, una organización dedicada a supervisar el estado de los
psiquiátricos y garantizar el bienestar de los enfermos. El inmueble de estilo
victoriano lo tenía todo. Como se acostumbraba en la época, hombres y mujeres
estaban en edificios separados, el oeste estaban destinado para ellos, además
se encontraban los talleres, zona de mantenimiento, mientras que ellas
habitaban el este, junto a la lavandería y la enfermería. También contaba con
una capilla, residencias para los trabajadores e incluso un hospital para
enfermedades infecciosas. Todo esto, en un lugar totalmente aislado entre
bosques y extensa vegetación, lejos de la civilización, a la cual permanecía
conectada mediante un tren propio.
Fue inaugurado en 1903 para despejar un poco la ocupación del resto de
asilos del condado y pronto ganó fama ya que se utilizaban nuevos métodos para
el tratamiento de enfermedades, la cual aprovechar el entorno natural, dejando
atrás de tratamientos invasivos y traumáticos poco efectivos. Al menos eso era
lo que decían nada de lobotomías, terapias eléctricas o cualquier otro método
barbárico de la época. Aunque solo sus muros conocen la verdadera historia y
los acontecimientos que allí se produjeron durante casi cien años. Ya que
siendo un lugar en medio de la nada, con difícil acceso era el lugar perfecto
para realizar cualquier tipo de prácticas sin ser descubierto, solo se podía
llegar ahí a través de una serpenteante carretera y una vía de tren. Por alguna
razón esas voces siguen ahí, tratando de revelar algún secreto.
El hospital está dividido en distintos bloques, comunicados entre sí
por largos corredores, girando en torno a la zona central, donde se encontraba
la cocina, las zonas de recreo y la residencia de los médicos. A excepción de
un breve periodo de tiempo en los años 30, el hospital funcionó a pleno
rendimiento hasta mediados 1994, encargándose de los enfermos mentales
procedentes de otros psiquiátricos e incluso de las madres solteras que se
quedaban embarazadas. La línea ferroviaria funcionó hasta 1959, cuando se dejó
de usar el carbón para las calderas que se modernizaron y comenzaron a usar
petróleo.
Algunas zonas del complejo continúan teniendo algún uso, pero la
mayoría de los bloques quedaron en total abandono. Varios incendios destruyeron
por completo algunas zonas y otras han sido demolidas ante el colapso
inminente. Aun así, las voces no se callan y las visitas de los amantes de lo
paranormal crecen…
Si te gustan los Artículos Compártelos y Sígueme.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario