Es muy difícil escribir esta historia, sobre todo por la traumática experiencia en la que está basada, la cual sucedió muchos años atrás.
Cuando yo era mucho más joven tenía maneras muy especiales de disfrutar de la vida: robarle a los vecinos tener peleas callejeras, esas cosas que hacían que yo y mis amigos seamos muy odiados en mi vecindario. Pero si había algo que en verdad pude llamar pasión, era atormentar a las personas que llegaban al vecindario y se quedaban por poco tiempo, ya sea por visitar a algún pariente o por hacer alguna pausa en un largo viaje para alojarse en alguno de los pequeños, pobres y descuidados hoteles que nuestra modesta comunidad tenia. Pese a que nuestras “bromas”, eran actos delincuenciales, nosotros no los veíamos así, sino que a nuestros ojos eran simples formas de divertirnos, por eso les llamábamos “bromas”.
Ocurrió un día de invierno, la época que más me gustaba y por lo tanto, la época en la que yo y mis amigos siempre salíamos a provocar el desorden en la calle y espiar a alguna nueva víctima para nuestras futuras bromas. Pero ese día todo iba a cambiar.
Había una mujer a la que nosotros detestábamos mucho en el vecindario, ella vivía con su hijo, un adolescente muy callado y tímido, el cual supongo que debía de sufrir mucho al vivir bajo el mismo techo que esa horrible señora. Nosotros nos habíamos ganado una enemistad con ella desde unos días atrás, por lo que ya se nos había pasado por la mente vengarnos de ella.
Por la tarde, aquella vecina llamada Rose, recibió una visita muy peculiar, y nosotros, por supuesto, no perdimos la oportunidad de ir a ver quiénes eran.
Vimos a los lejos, escondidos tras los arbustos, lo que parecía ser una familia; la madre era una mujer muy alta y hermosa, tenía una linda sonrisa que parecía demostrar ternura absoluta; el padre, por otro lado, era un hombre robusto y poco agraciado, por lo que verlos a ambos juntos se veía muy gracioso y a la vez, muy extraño. Venían con tres niños: una niña de aproximadamente 5 años, otra de más o menos 11, y un chico de unos 14.
Cuando la madre y mi vecina estaban conversando afuera de la casa antes de entrar, la niña más pequeña me observo desde lejos, me sonrió con lo que parecía ser la más pura inocencia y volteo a avisarle a su mama sobre nuestra presencia.
Nosotros inmediatamente salimos corriendo, no queríamos que por nada del mundo nuestras futuras víctimas nos vean, aun mas porque al darnos cuenta de que no se trataba de un solo individuo sino varios, sabíamos que la broma que les esperaba iba a ser realmente increíble.
Luego de que su mama voltee a mirar si había alguien allí y al no encontrarnos, la familia entro a la casa.
Nosotros fuimos a la casa de una de mis amigas, aprovechando que su madre había salido, y comenzamos a planear la broma.
Cuando terminamos, creímos haber creado la broma perfecta: dos de mis amigos se meterían en el patio trasero de la casa de la vecina y comenzarían a romper las ventanas con bates de baseball, mientras que yo y mi otro amigo aprovecharíamos el pánico de la mujer y sus huéspedes para escabullirnos por su jardín y poder meternos por las ventanas. Y cuando logremos estar dentro de la casa robaríamos muchas de las pertenencias de la vieja y las de la familia.
Todo iba a salir perfectamente, y entonces tomamos los bates y nos dirigimos directo a la casa de Rose. Pero yo aun así sentía mucha curiosidad por esa familia, por alguna razón, cuando los vi por primera vez me llamaron mucho la atención y al ver sus rostros despertaba en mí una sensación de ansiedad. Pero esta sería una gran oportunidad y no podíamos desperdiciarla aunque nos faltaba un dato muy importante: no estábamos seguros de por cuanto tiempo la familia se iba a quedar en la casa de la mujer, entonces un fuerte sentimiento de inseguridad se nos apareció a todos.
Yo me ofrecí a ir y preguntarle al hijo de la mujer por cuánto tiempo se iban a quedar sus misteriosos visitantes, y lo hice. Mientras mis amigos se escondían detrás de una de las cercas que quedaban por la casa de la vieja Rose, lance una pequeña piedra a la ventana del cuarto del hijo y el enseguida salió por la puerta del patio a ver quién era. Al verme, se sorprendió un poco, solo habíamos hablado unas pocas veces antes, pero esas pequeñas conversaciones habían sido suficientes para que yo me diera cuenta de que se trataba de un chico bueno, sincero y sobretodo, ingenuo.
Antes de preguntarle por cuánto tiempo se quedarían, decidí saciar mi curiosidad y le pregunte al chico, cuyo nombre era Mark, quienes eran esa personas y por qué estaban allí. El me respondió que eran parientes lejanos suyos y que el padre era un científico y la madre era ama de casa. También me dijo los nombres de cada uno: el padre se llamaba Esteban, la madre Vivian, la niña más pequeña María, la otra niña Lucia, y el chico Sebastián. Ellos habían llegado por que la vieja les había dicho que debían recoger algo que ella tenía preparado para ellos desde hace un buen tiempo, algo así como un regalo.
Le pregunte rápidamente por cuanto tiempo la familia se quedaría allí y el respondió que esa misma noche se irían, y que en ese mismo instante se encontraban conversando con su madre en la sala. La mujer tenía una casa extremadamente grande, y no era raro de que ellos no se hayan dado cuenta de que en la parte posterior de que casa yo estaba hablando con el chico, ya que ellos se encontraban en la sala y eso estaba muy cerca a la entrada principal.
Con esta información, supe que todo saldría como lo planeado y tras despedirme del chico y darle las gracias, corrí hacia donde estaban mis amigos y les conté todo.
Eran casi la una de la mañana y nos separamos, dos al patio de atrás y dos a la entrada. No nos preocupaba en absoluto que nuestros padres se pregunten dónde estábamos a esa hora, ellos nunca se preocupaban por nosotros así que nos daba igual.
Cuando mis amigos empezaron a romper las ventanas en el patio trasero, la vieja, su hijo y la familia, que ya se estaban preparando para ir a dormir, salieron corriendo al patio a ver qué pasaba y, al ver a mis amigos con los bates en la mano rompiendo los vidrios y destruyendo su patio, Rose comenzó a gritar y Mark trato de ahuyentar a mis amigos a quieren no les costó ni un minuto lanzarse encima de él y empezar a golpearlo brutalmente con los bates.
Esteban solo se quedó parado observando todo sin decir ni una sola palabra mientras que Vivian y los niños trataban de ayudar a Mark y a su madre. Yo y mi mejor amigo quisimos quedarnos un rato a disfrutar del espectáculo. Luego, yo y mi mejor amigo David entramos a la casa rompiendo las demás ventanas y, cuando logramos estar dentro, recorrimos la casa hasta llegar a un lugar muy alejado de donde ellos estaban y tomamos todos lo que vimos valioso de la casa. David corrió hacia el patio trasero de la casa a avisarles a mis otros dos amigos que ya era hora de irnos, mientras yo lo esperaba en la puerta de la casa con la mercancía robada. Estaba parado en la puerta esperándolo cuando de pronto escuche una extraña voz que parecía venir del segundo piso de la casa; era una voz muy grave y amenazante que repetía sin cesar palabras que yo no lograba entender, no tenía ni idea de en qué idioma estaba hablando pero por el tono de voz se escuchaba que, quien sea el que estuviera hablando, está realmente molesto. Hablaba a tal velocidad que creo que solo llevaba unos pocos segundos escuchándola.
Me asuste un poco, ya que cada vez la voz se hacía más fuerte, como si la persona se estuviera acercando a mí, reaccione inmediatamente y saque rápidamente el cuchillo que siempre traía conmigo y lo puse enfrente de mí. Pensé por un momento en abandonar a mis amigos pero recapacite y me di cuenta de que no podía dejarlos, entonces decidí gritar sus nombres y, cuando quise ir hacia el patio trasero para encontrarme con ellos, mis piernas se inmovilizaron. No sé qué paso, no podía caminar, mis piernas estaban adheridas al piso y de pronto todo mi cuerpo se detuvo, me quede sin voz y empecé a sentir un horrible dolor en los brazos como si alguien tratara de arrancármelos y de pronto, sentí aquella grave y fuerte voz detrás de mí, ese alguien o algo me estaba hablando al oído y estaba tan cerca que podía oír su respiración agitada. Me invadió el miedo completamente, lo peor es que ni siquiera podía voltear a ver de quien se trataba porque mi cuerpo seguía inmovilizado, quería salir corriendo o que mis amigos vinieran a buscarme pero estaba allí, congelado, con aquel ser que me repetía frases y palabras que para mí no tenían ningún sentido.
Entonces la voz dejo de hablar y mi cuerpo se movió de nuevo, entonces lo primero que hice fue correr hacia la puerta y abrirla, solo para encontrarme cara a cara con Mark, quien estaba cubierto de sangre y con una expresión de horror absoluto, repetía sin parar el nombre de su madre, mientras las lágrimas caían de sus ojos, yo no tenía tiempo para preguntarle qué sucedió, así que simplemente lo esquive y seguí corriendo mientras escuchaba gritos que venían de alguna parte de la casa.
Ya en la calle fui corriendo hasta mi casa y el sentimiento de culpa por haber dejado a mis amigos me invadió, pero ese no era momento para arrepentimientos, mis brazos me dolían demasiado y decidí revisarlos, estaban llenos de marcas, parecían marcas de manos deformes, y de pronto las marcas empezaron a sangrar y yo sentía que aquel dolor no lo podía soportar más y comencé a gritar como nunca lo había hecho antes.
Mis gritos despertaron a mis padres quienes trataron de golpearme pero yo había tenido antes muchos enfrentamientos con ellos así que no fue grave problema , pero en medio de la pelea la puerta de nuestra casa se abrió y apareció ante nosotros Rose con una expresión de amargura , no tenía nada raro, solo estaba allí parada y enojada como si nada hubiera pasado; yo me quede sin palabras estaba completamente estupefacto, no podía entender lo que sucedía , comencé a ponerme nervioso porque recordé la horrible experiencia que acababa de tener y le pedí a la mujer que por favor se fuera . Ella me miro con mucha rabia y luego observo a mis padres y les contó todo lo que yo y mis amigos le habíamos hecho a su casa y les pidió que me castigaran. Tras terminar su pedido, simplemente se largó.
Mi padre me tomo de uno de mis adoloridos brazos y me castigo de la forma más salvaje posible, golpeándome e insultándome, pero yo no podía defenderme porque aún estaba invadido por el pánico que la presencia de Rose me había provocado. Esa noche dormí en el piso, golpeado, sangrando y sobretodo, aterrado. Tuve pesadillas con los rostro de mis amigos llamándome y la voz que había escuchado en la casa de Rose repitiéndome las mismas frases sin sentido que me había dicho.
Por la mañana, encontré a mis padres tomado desayuno como siempre, muy callados .Me levante, los observe, ellos me devolvieron la mirada con desprecio y voltearon hacia otro lado. Camine hasta el cuarto de mi madre, todavía muy adolorido, y saque vendas de uno de los cajones de su velador, no estaba seguro si ponérmelas me serviría de algo ya me las heridas eran muy grandes y profundas pero al menos podrían detener un poco el sangrado.
Regrese al comedor, donde ambos estaban sentados disfrutando su desayuno. No tuve el valor de acercarme a ellos y me recosté en el piso. Mi padre me miro con rabia y mi madre también, yo solo cerré los ojos y tome un respiro. Después de un rato, salí y me di cuenta de que en medio de la calle había un grupo de gente parecía dirigirse a la casa de Rose. Me acerque a una de mis vecinas, una mujer amable y tranquila, que también estaba allí, y le pregunte que sucedía. Ella me respondió que todos iban a ver a Rose para reconfortarla por la muerte de sus familiares, que habían muerto la noche anterior en un robo. Yo no supe que decir, otra vez no entendía nada, y solo le dije a la señora que esperaba que Rose se sienta mejor tras ver a sus amigos. Camine de regreso a casa, pensando que pudo haber pasado realmente esa noche. Aun me preguntaba que sucedió con mis amigos, me habían avisado de la muerte de esa familia, pero, yo quería saber que les paso a mis amigos. Fui a la casa de cada uno, pero no estaban y, sus padres, al igual que a los míos, no les importaba mucho lo que les sucedía a sus hijos, así que para ellos no era problema. Trate de evitar llorar, pero no pude contener la tristeza.
Ya en el atardecer, me senté en una banca en medio de un parque cercano a mi casa y observe desde allí, como de las casa de Rose, salía aquel grupo de gente que fue a reconfortarla. Vi como Rose se despedía de ellos y, desde la puerta, me miró fijamente, esta vez su miraba no reflejaba enojo, solo apatía. Salió Mark, como siempre con una mirada triste y que reflejaba que estaba nervioso. Se acercó a mí y se sentó a mi lado; yo le pregunte qué había sucedido con mis amigos, a lo que él respondió, que ellos se habían ido a un lugar diferente a donde la familia se fue y que en ese momento seguro que ya no sentían nada. Le pregunte que eran en realidad esa familia, que significaba esa voz que escuche, si mis amigos los habían matado de verdad o había sido otra cosa, en fin, todas esa preguntas que me habían tenido todo el día torturándome. El me miro con una expresión de tristeza y simplemente me dijo que aquella familia no había muerto, solo debían dejar este lugar, ya que pronto estarían de visita en otra casa, pero esta vez muy lejos de mi vecindario.
Ocurrió un día de invierno, la época que más me gustaba y por lo tanto, la época en la que yo y mis amigos siempre salíamos a provocar el desorden en la calle y espiar a alguna nueva víctima para nuestras futuras bromas. Pero ese día todo iba a cambiar.
Había una mujer a la que nosotros detestábamos mucho en el vecindario, ella vivía con su hijo, un adolescente muy callado y tímido, el cual supongo que debía de sufrir mucho al vivir bajo el mismo techo que esa horrible señora. Nosotros nos habíamos ganado una enemistad con ella desde unos días atrás, por lo que ya se nos había pasado por la mente vengarnos de ella.
Por la tarde, aquella vecina llamada Rose, recibió una visita muy peculiar, y nosotros, por supuesto, no perdimos la oportunidad de ir a ver quiénes eran.
Vimos a los lejos, escondidos tras los arbustos, lo que parecía ser una familia; la madre era una mujer muy alta y hermosa, tenía una linda sonrisa que parecía demostrar ternura absoluta; el padre, por otro lado, era un hombre robusto y poco agraciado, por lo que verlos a ambos juntos se veía muy gracioso y a la vez, muy extraño. Venían con tres niños: una niña de aproximadamente 5 años, otra de más o menos 11, y un chico de unos 14.
Cuando la madre y mi vecina estaban conversando afuera de la casa antes de entrar, la niña más pequeña me observo desde lejos, me sonrió con lo que parecía ser la más pura inocencia y volteo a avisarle a su mama sobre nuestra presencia.
Nosotros inmediatamente salimos corriendo, no queríamos que por nada del mundo nuestras futuras víctimas nos vean, aun mas porque al darnos cuenta de que no se trataba de un solo individuo sino varios, sabíamos que la broma que les esperaba iba a ser realmente increíble.
Luego de que su mama voltee a mirar si había alguien allí y al no encontrarnos, la familia entro a la casa.
Nosotros fuimos a la casa de una de mis amigas, aprovechando que su madre había salido, y comenzamos a planear la broma.
Cuando terminamos, creímos haber creado la broma perfecta: dos de mis amigos se meterían en el patio trasero de la casa de la vecina y comenzarían a romper las ventanas con bates de baseball, mientras que yo y mi otro amigo aprovecharíamos el pánico de la mujer y sus huéspedes para escabullirnos por su jardín y poder meternos por las ventanas. Y cuando logremos estar dentro de la casa robaríamos muchas de las pertenencias de la vieja y las de la familia.
Todo iba a salir perfectamente, y entonces tomamos los bates y nos dirigimos directo a la casa de Rose. Pero yo aun así sentía mucha curiosidad por esa familia, por alguna razón, cuando los vi por primera vez me llamaron mucho la atención y al ver sus rostros despertaba en mí una sensación de ansiedad. Pero esta sería una gran oportunidad y no podíamos desperdiciarla aunque nos faltaba un dato muy importante: no estábamos seguros de por cuanto tiempo la familia se iba a quedar en la casa de la mujer, entonces un fuerte sentimiento de inseguridad se nos apareció a todos.
Yo me ofrecí a ir y preguntarle al hijo de la mujer por cuánto tiempo se iban a quedar sus misteriosos visitantes, y lo hice. Mientras mis amigos se escondían detrás de una de las cercas que quedaban por la casa de la vieja Rose, lance una pequeña piedra a la ventana del cuarto del hijo y el enseguida salió por la puerta del patio a ver quién era. Al verme, se sorprendió un poco, solo habíamos hablado unas pocas veces antes, pero esas pequeñas conversaciones habían sido suficientes para que yo me diera cuenta de que se trataba de un chico bueno, sincero y sobretodo, ingenuo.
Antes de preguntarle por cuánto tiempo se quedarían, decidí saciar mi curiosidad y le pregunte al chico, cuyo nombre era Mark, quienes eran esa personas y por qué estaban allí. El me respondió que eran parientes lejanos suyos y que el padre era un científico y la madre era ama de casa. También me dijo los nombres de cada uno: el padre se llamaba Esteban, la madre Vivian, la niña más pequeña María, la otra niña Lucia, y el chico Sebastián. Ellos habían llegado por que la vieja les había dicho que debían recoger algo que ella tenía preparado para ellos desde hace un buen tiempo, algo así como un regalo.
Le pregunte rápidamente por cuanto tiempo la familia se quedaría allí y el respondió que esa misma noche se irían, y que en ese mismo instante se encontraban conversando con su madre en la sala. La mujer tenía una casa extremadamente grande, y no era raro de que ellos no se hayan dado cuenta de que en la parte posterior de que casa yo estaba hablando con el chico, ya que ellos se encontraban en la sala y eso estaba muy cerca a la entrada principal.
Con esta información, supe que todo saldría como lo planeado y tras despedirme del chico y darle las gracias, corrí hacia donde estaban mis amigos y les conté todo.
Eran casi la una de la mañana y nos separamos, dos al patio de atrás y dos a la entrada. No nos preocupaba en absoluto que nuestros padres se pregunten dónde estábamos a esa hora, ellos nunca se preocupaban por nosotros así que nos daba igual.
Cuando mis amigos empezaron a romper las ventanas en el patio trasero, la vieja, su hijo y la familia, que ya se estaban preparando para ir a dormir, salieron corriendo al patio a ver qué pasaba y, al ver a mis amigos con los bates en la mano rompiendo los vidrios y destruyendo su patio, Rose comenzó a gritar y Mark trato de ahuyentar a mis amigos a quieren no les costó ni un minuto lanzarse encima de él y empezar a golpearlo brutalmente con los bates.
Esteban solo se quedó parado observando todo sin decir ni una sola palabra mientras que Vivian y los niños trataban de ayudar a Mark y a su madre. Yo y mi mejor amigo quisimos quedarnos un rato a disfrutar del espectáculo. Luego, yo y mi mejor amigo David entramos a la casa rompiendo las demás ventanas y, cuando logramos estar dentro, recorrimos la casa hasta llegar a un lugar muy alejado de donde ellos estaban y tomamos todos lo que vimos valioso de la casa. David corrió hacia el patio trasero de la casa a avisarles a mis otros dos amigos que ya era hora de irnos, mientras yo lo esperaba en la puerta de la casa con la mercancía robada. Estaba parado en la puerta esperándolo cuando de pronto escuche una extraña voz que parecía venir del segundo piso de la casa; era una voz muy grave y amenazante que repetía sin cesar palabras que yo no lograba entender, no tenía ni idea de en qué idioma estaba hablando pero por el tono de voz se escuchaba que, quien sea el que estuviera hablando, está realmente molesto. Hablaba a tal velocidad que creo que solo llevaba unos pocos segundos escuchándola.
Me asuste un poco, ya que cada vez la voz se hacía más fuerte, como si la persona se estuviera acercando a mí, reaccione inmediatamente y saque rápidamente el cuchillo que siempre traía conmigo y lo puse enfrente de mí. Pensé por un momento en abandonar a mis amigos pero recapacite y me di cuenta de que no podía dejarlos, entonces decidí gritar sus nombres y, cuando quise ir hacia el patio trasero para encontrarme con ellos, mis piernas se inmovilizaron. No sé qué paso, no podía caminar, mis piernas estaban adheridas al piso y de pronto todo mi cuerpo se detuvo, me quede sin voz y empecé a sentir un horrible dolor en los brazos como si alguien tratara de arrancármelos y de pronto, sentí aquella grave y fuerte voz detrás de mí, ese alguien o algo me estaba hablando al oído y estaba tan cerca que podía oír su respiración agitada. Me invadió el miedo completamente, lo peor es que ni siquiera podía voltear a ver de quien se trataba porque mi cuerpo seguía inmovilizado, quería salir corriendo o que mis amigos vinieran a buscarme pero estaba allí, congelado, con aquel ser que me repetía frases y palabras que para mí no tenían ningún sentido.
Entonces la voz dejo de hablar y mi cuerpo se movió de nuevo, entonces lo primero que hice fue correr hacia la puerta y abrirla, solo para encontrarme cara a cara con Mark, quien estaba cubierto de sangre y con una expresión de horror absoluto, repetía sin parar el nombre de su madre, mientras las lágrimas caían de sus ojos, yo no tenía tiempo para preguntarle qué sucedió, así que simplemente lo esquive y seguí corriendo mientras escuchaba gritos que venían de alguna parte de la casa.
Ya en la calle fui corriendo hasta mi casa y el sentimiento de culpa por haber dejado a mis amigos me invadió, pero ese no era momento para arrepentimientos, mis brazos me dolían demasiado y decidí revisarlos, estaban llenos de marcas, parecían marcas de manos deformes, y de pronto las marcas empezaron a sangrar y yo sentía que aquel dolor no lo podía soportar más y comencé a gritar como nunca lo había hecho antes.
Mis gritos despertaron a mis padres quienes trataron de golpearme pero yo había tenido antes muchos enfrentamientos con ellos así que no fue grave problema , pero en medio de la pelea la puerta de nuestra casa se abrió y apareció ante nosotros Rose con una expresión de amargura , no tenía nada raro, solo estaba allí parada y enojada como si nada hubiera pasado; yo me quede sin palabras estaba completamente estupefacto, no podía entender lo que sucedía , comencé a ponerme nervioso porque recordé la horrible experiencia que acababa de tener y le pedí a la mujer que por favor se fuera . Ella me miro con mucha rabia y luego observo a mis padres y les contó todo lo que yo y mis amigos le habíamos hecho a su casa y les pidió que me castigaran. Tras terminar su pedido, simplemente se largó.
Mi padre me tomo de uno de mis adoloridos brazos y me castigo de la forma más salvaje posible, golpeándome e insultándome, pero yo no podía defenderme porque aún estaba invadido por el pánico que la presencia de Rose me había provocado. Esa noche dormí en el piso, golpeado, sangrando y sobretodo, aterrado. Tuve pesadillas con los rostro de mis amigos llamándome y la voz que había escuchado en la casa de Rose repitiéndome las mismas frases sin sentido que me había dicho.
Por la mañana, encontré a mis padres tomado desayuno como siempre, muy callados .Me levante, los observe, ellos me devolvieron la mirada con desprecio y voltearon hacia otro lado. Camine hasta el cuarto de mi madre, todavía muy adolorido, y saque vendas de uno de los cajones de su velador, no estaba seguro si ponérmelas me serviría de algo ya me las heridas eran muy grandes y profundas pero al menos podrían detener un poco el sangrado.
Regrese al comedor, donde ambos estaban sentados disfrutando su desayuno. No tuve el valor de acercarme a ellos y me recosté en el piso. Mi padre me miro con rabia y mi madre también, yo solo cerré los ojos y tome un respiro. Después de un rato, salí y me di cuenta de que en medio de la calle había un grupo de gente parecía dirigirse a la casa de Rose. Me acerque a una de mis vecinas, una mujer amable y tranquila, que también estaba allí, y le pregunte que sucedía. Ella me respondió que todos iban a ver a Rose para reconfortarla por la muerte de sus familiares, que habían muerto la noche anterior en un robo. Yo no supe que decir, otra vez no entendía nada, y solo le dije a la señora que esperaba que Rose se sienta mejor tras ver a sus amigos. Camine de regreso a casa, pensando que pudo haber pasado realmente esa noche. Aun me preguntaba que sucedió con mis amigos, me habían avisado de la muerte de esa familia, pero, yo quería saber que les paso a mis amigos. Fui a la casa de cada uno, pero no estaban y, sus padres, al igual que a los míos, no les importaba mucho lo que les sucedía a sus hijos, así que para ellos no era problema. Trate de evitar llorar, pero no pude contener la tristeza.
Ya en el atardecer, me senté en una banca en medio de un parque cercano a mi casa y observe desde allí, como de las casa de Rose, salía aquel grupo de gente que fue a reconfortarla. Vi como Rose se despedía de ellos y, desde la puerta, me miró fijamente, esta vez su miraba no reflejaba enojo, solo apatía. Salió Mark, como siempre con una mirada triste y que reflejaba que estaba nervioso. Se acercó a mí y se sentó a mi lado; yo le pregunte qué había sucedido con mis amigos, a lo que él respondió, que ellos se habían ido a un lugar diferente a donde la familia se fue y que en ese momento seguro que ya no sentían nada. Le pregunte que eran en realidad esa familia, que significaba esa voz que escuche, si mis amigos los habían matado de verdad o había sido otra cosa, en fin, todas esa preguntas que me habían tenido todo el día torturándome. El me miro con una expresión de tristeza y simplemente me dijo que aquella familia no había muerto, solo debían dejar este lugar, ya que pronto estarían de visita en otra casa, pero esta vez muy lejos de mi vecindario.
Si te gustan los Artículos Compártelos y Sígueme.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario