Caballo de Troya 5 Cesarea - J. J. Benítez.

Calificación: 5 estrellas.

Mi Opinión: 

¿Qué podemos decir que no se haya mencionado ya sobre esta controversial saga de libros Caballo de Troya? Los creyentes la acusan de profana, indigna y falta de respeto

Por otra parte otro número de personas están convencidas que lo narrado en la obra es verídico, dicen que no puede existir una historia con tantos detalles, datos y realismo sin ser verdadera, en lo personal siempre lo he dicho, Caballo de Troya es una serie de libros la cual da un mensaje de sabiduría, Caballo de Troya 5 profundiza en la locura incontrolable de algunos de los personajes más importantes que se mencionan en biblia, la investigación por parte de los exploradores se complica, los planes pueden dar un giro de 360° y si no se está preparado para lo imprevisto los problemas pueden ser aún mayores.

Reseña: 

Cesárea. Caballo de Troya 5: no apto para cardíacos. Así lo define el autor. Tras seis años de justificado silencio (no se pierda el prólogo), J.J. Benítez reanuda la obra por la que, probablemente, será recordado. De la mano del mayor norteamericano, el lector soñará, cabalgará por la Palestina del año 30, sufrirá, se emocionará...
Descubrirá, por ejemplo, entre más de dos mil datos, la verdadera personalidad de algunos de los personajes que rodearon a Jesús de Nazaret. ¿Imaginó que Poncio Pilato fue en realidad un demente?
Cesárea, Caballo de Troya 5, un relato vibrante, meticuloso y concienzudo, le abrirá las puertas de un mundo silenciado por los evangelistas. Sea creyente o no, de algo puede estar seguro: este libro le marcará para siempre. Y un consejo: no se alarme cuando alcance el final. J.J. Benítez es así...

Citas:

• Calma. Sobre todo, calma. Cada paso debía ser meditado.
• —Responde al necio según su necedad, no sea que vaya a creerse sabio.
• —Descansa, mi querido ángel. Demos a cada día su afán…
• La oscuridad gobernaba el lugar. A mi izquierda, en el muro del fondo, zureaban inquietas las palomas sobrevivientes. Pero tampoco supe «leer» la advertencia.
• Esos infelices son peores que las caballerías. Ni ven, ni escuchan, ni entienden…
• No supe qué era peor: un Poncio colérico o presa de un miedo supersticioso.
• Una inteligencia sana, por mucho que sea presionada, difícilmente aprueba la ejecución de un inocente.
• Un «Papá», Dios y puerta de la vida…
• Pero, torpe de mí, no supe traducirlo. Algo la atormentaba.
• El sol se tiñó de sangre… Y aquella sangre, como una ola, cayó sobre nosotros… Y todo fue sangre… Quise gritar pero el miedo me paralizó.
• Sólo ves por los ojos de esos sacerdotes y dioses que te exigen, que te amenazan, que te esclavizan.
• Llegará el día en que las necesidades del hombre serán más importantes que esas ridículas necesidades de los dioses.
• —Sí, sólo somos átomos —concedió el tribuno, descargando a renglón seguido otro mandoble mortal—. Pero tus divinidades ni siquiera existirían de no ser por esos átomos.
• — ¡Por la vida!… ¡Por un mundo sin oscuridad!… ¡Por mí mismo, que puedo disponer de esa vida cuando quiera!
• — ¿No sois vosotros —vociferó el amanerado fuera de sí— los que adoráis al rayo y al lobo? ¿No sois vosotros, pobres inconsecuentes, los que habéis reducido las divinidades a monstruos llenos de ira, envidia, celos y concupiscencia? ¿Dónde está la espiritualidad y la libertad de esos supuestos dioses? ¿No sois vosotros, ciegos y torpes, los que veneráis la materia inanimada? «No desaparece lo que muere. Sólo lo que se olvida.»

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