jueves, 10 de diciembre de 2015

Cancion de Navidad – Charles Dickens

Calificación: 5 estrellas.



Mi Opinión: 

Canción de Navidad es una conocida historia realizada por el inglés Charles Dickens escrita entre los años 1850 y 1857, se han realizado en el transcurso de la historia varias adaptaciones para el cine y televisión que datan desde el año 1901 hasta la fecha.

Canción de Navidad te hace reflexionar sobre tu vida, lamentablemente muchos no nos damos cuenta del mal que le hacemos a nuestros semejantes hasta que pasamos por algo que atente a nuestra vida, ¿realmente es necesario cambiar nuestra actitud positivamente cuando nos vemos a la orilla del precipicio?

Quien lea este texto inevitablemente se hará preguntas sobre su propia existencia. La Navidad es bien sabido que son épocas de paz y amor, o por lo menos muchos lo vemos de esa manera, sin embargo el querer hacer bien a otras personas solo en esas fechas no tiene valor alguno si en el transcurso del año actuamos de manera egoísta.


Cuando termine de leer el libro llegue a la siguiente conclusión; ni el dinero, ni los negocios, ni el éxito profesional es nada si no somos personas agradecidas con la vida y con aquellos que amamos, hacer el bien a personas desconocidas quizás no nos deje alguna ganancia material, pero saber que logramos hacer sonreír y ayudar a alguien que lo necesitaba es el mejor pago de todos.


Reseña: 

Canción de Navidad o Un cuento de Navidad (título original en inglés: “A Christmas Carol”) es una novela corta escrita por el británico Charles Dickens en 1843. En ella se habla de cómo una persona huraña o tacaña puede cambiar su actitud durante la Navidad.


Citas:

  • El viejo Marley estaba tan muerto como el clavo de una puerta.
  • —Muchos no pueden, y otros muchos preferirán morir.
  • —Sí —contestó Scrooge—. ¡Felices Pascuas! ¿Qué derecho tienes tú para estar alegre? ¿Qué razón tienes tú para estar alegre? Eres bastante pobre.
  • No obstante, aquella cara de Marley, muerto siete años antes; llegaba como la vara del antiguo Profeta y hacía desaparecer todo.
  • La obscuridad es barata y por eso agradable a Scrooge.
  • Pero ¿por qué los espíritus vuelven a la tierra y por qué se dirigen a mí?
  • Scrooge no tenía mucha costumbre de hacer chistes, y, según entonces sentíase el corazón, sus bromas tenían que ser chocarreras.
  • El aire estaba lleno de fantasmas, que vagaban de aquí para allá en continuo movimiento y gemían sin detenerse. Todos llevaban cadenas.
  • —Llevo la cadena que forjé en vida.
  • —He ahí la justicia del mundo —dijo Scrooge—. No hay en él nada tan abrumador como la pobreza, y nada se juzga en él con tanta severidad como la persecución de la riqueza.
  • —No merece la pena —dijo él Espectro— que estas simples gentes hagan tantas demostraciones de gratitud.
  • —Hay algunos seres sobre la tierra —replicó el Espíritu— que pretenden conocernos, y que realizan sus acciones de pasión, orgullo, malevolencia, odio, envidia, santurronería y egoísmo en nuestro nombre, y que son tan extraños para nosotros y para todo lo que con nosotros se relaciona, como sí nunca hubieran vivido. Acordaos de ello y cargad la responsabilidad sobre ellos y no sobre nosotros.
  • —Ya os dije que éstas eran sombras de las cosas que han sido.
  • —Es preciso, en efecto, que sea el día de Navidad —dijo ella—, para beber a la salud de un hombre tan odioso, tan avaro, tan duro, tan insensible, como el señor Scrooge…
  • —Hombre —dijo el Espectro—, si sois hombre de corazón y no de piedra, prescindid de esa malvada hipocresía hasta que hayáis descubierto cuál es el exceso y dónde está.
  • Tiene lo que merece.
  • Reconoció Scrooge que el Espectro era alto y majestuoso cuando le vio a su lado, y entonces sintió, que su misteriosa presencia le llenaba de un temor solemne.
  • «Si este hombre pudiera revivir, ¿cuáles serían sus pensamientos primitivos? ¿La avaricia, la dureza de corazón, la preocupación del dinero? ¿Tales cosas le han conducido, verdaderamente, a buen fin? Yace en esta casa desierta y sombría, donde no hay un hombre, una mujer o un niño que diga: “fue cariñoso para mí en esto o en aquello, y en recuerdo de una palabra amable seré cariñoso para él”».
  • Nunca imaginó que un paseo —una cosa insignificante— pudiera hacerle tan feliz. De todos los sonidos agradables que oyó en su vida, aquellos fueron los más dulces para sus oídos.

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